Bueno, Limpio y Justo: El Manifiesto Slow Food por la Calidad
El sistema de producción y consumo alimentario más aplicado actualmente es peligroso para la Tierra, los ecosistemas y sus habitantes.
El gusto, la biodiversidad, la salud de personas y animales, el bienestar y la naturaleza están continuamente amenazados; todo ello remarca la urgencia de producir y consumir con los criterios de un gastrónomo que ejerza su derecho al placer sin deteriorar la existencia ajena o el equilibrio medioambiental del planeta en que vivimos.
Si, como dice el campesino y poeta Wendell Berry,«comer es un acto agrícola» se deduce que la producción alimentaria deberá considerarse como un «acto gastronómico».
El consumidor orienta el mercado y la producción a través de sus compras y, al adquirir conciencia de este proceso, asume nuevas responsabilidades. El consumo se convierte en una parte del acto de producción y el consumidor deviene en coproductor.
El productor desempeña un papel clave en este proceso si trabaja para obtener la calidad, permitiendo a los demás que se beneficien de su experiencia, y está abierto a los conocimientos y experiencias ajenas.
El esfuerzo deberá ser compartido y deberá demostrarse responsable, abierto y multifacético respecto de la ciencia de la gastronomía.
Todos deberíamos adoptar y difundir un nuevo concepto de alimentación más preciso y, a su vez, más amplio, basado en tres condiciones interconectadas:
La filosofía «Bueno, Limpio y Justo» es garantía de un futuro mejor.
La filosofía «Bueno, Limpio y Justo» es un acto de civilización y un
instrumento para mejorar el sistema alimentario actual.
Todos podemos contribuir a la filosofía «Bueno, Limpio y Justo» a través de
nuestras decisiones de compra y de nuestra actitud individual.
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